El Principio de Incertidumbre

Liberalesterminales es un blog eminentemente liberal, es decir, sobre todo anteponemos la libertad individual. El término liberal a veces es confundido con una ideología conservadora o democristiana. Nada más lejos de la realidad: somos ante todos defensores de la libertad individual, por tanto no nos sometemos a la doctrina de un partido o a las creencias de una religión. Esto es importante porque este artículo es de una persona ajena a los administradores de este sitio y en libertad hemos decidido publicarlo, aunque pueda ser interpretado como proselitista.

De todos es conocida la sólida y profunda formación de nuestro presidente, Don José Luis Rodríguez Zapatero, así como su vasta cultura.
Igualmente ocurre con los miembros de su gabinete, todos ellos dotados de extensos conocimientos, que perfectamente podríamos denominar como enciclopédicos, al más puro estilo ilustracionista.
De ninguna manera existe la tan traída y llevada persecución contra los cristianos, más bien, todo lo contrario.
Don José Luis Rodríguez Zapatero esta tomando todas las decisiones para nuestro bien y nuestra conversión. Él conoce muy bien el Principio de la Incertidumbre de Werner Heisemberg y lo aplica a rajatabla con el fin de ayudar a la conversión de todos los cristianos
Vamos a desarrollar sucintamente en qué se basa este principio. En 1926 el joven físico alemán Werner Heisemberg publica un trabajo en la revista Zeitschrift der Physik que, junto con el publicado al mismo tiempo por Erwin Schrödinger en Annalen der Physik y los trabajos de Dirac asestan un golpe mortal al baluarte de determinismo.
Werner Heisenberg indicó que no se puede medir exactamente la posición y la velocidad de una partícula a la vez. Para ver dónde está una partícula hay que iluminarla. Pero de acuerdo con el trabajo de Planck, no se puede usar una cantidad de luz arbitrariamente pequeña. Es necesario emplear al menos un cuanto. Esto perturbará la partícula, y cambiará su velocidad de una forma que no puede ser predicha.
Para medir la posición de la partícula con exactitud, hay que utilizar luz de una longitud de onda muy corta, como la ultravioleta, rayos X o rayos gamma. Pero nuevamente, por el trabajo de Planck, los cuantos de esas formas de luz tienen energías más altas que las de la luz visible. Por eso perturbarán aún más la velocidad de la partícula. Es un callejón sin salida: cuanto más exactamente se quiere medir la posición de la partícula, con menos exactitud se puede conocer la velocidad, y viceversa.
Este Principio indica que la incertidumbre en la posición de una partícula, multiplicada por la incertidumbre en su velocidad, es siempre mayor que una cantidad llamada la constante de Planck, dividida por la masa de la partícula.
La visión de Laplace del determinismo científico implicaba conocer las posiciones y velocidades de las partículas en el universo en un instante dado del tiempo. Por lo tanto, fue seriamente socavado por el Principio de Incertidumbre de Heisenberg.
¿Cómo puede vivir un cristiano “agarrado” al Señor si el futuro del Universo se pudiera predecir con una medición exacta de las posiciones y las velocidades de las partículas en el instante actual?
Un cristiano, necesariamente, es trascendente. Vive de cara al Señor, laborando en su conversión espiritual presente para hallarse en Gracia de Dios y que el tránsito de la muerte a la vida futura sea para la Gloria.
Evidentemente este principio tiene sentido en la física corpuscular, no es aplicable a las medidas que tomamos sobre los objetos cotidianos, cuyos parámetros no se perturban al medirlos con una regla o un termómetro.
Pero yo me pregunto ¿qué es España en la inmensidad del cosmos? No tendría la misma escala dimensional que las partículas subatómiocas?
Nuestra ministra de cultura Dª Carmen Calvo me ha dado estos pasados días la respuesta a tan inquietante pregunta al pedir que la UNESCO legisle a nivel planetario. Yo añado que Dª Carmen, en su afán de gobernar con la máxima pluralidad, lo extendería también a nivel cosmológico.
Podemos analizar una por una todas las medidas tomadas por nuestro gobierno con su talante pluralista y llegaremos a la conclusión de que la incertidumbre que crea en los cristianos es por nuestro bien.
¿Qué es si no el equiparar los matrimonios entre dos personas del mismo sexo al matrimonio entre un hombre y una mujer? La incertidumbre que nuestros hijos puedan experimentar es en favor de su conversión, de este modo pueden rezar continuamente y dar gracias a Dios por haber nacido en una familia normal. Es decir, se favorece ese dialogo con el Señor.
Si las victimas de atentados terroristas no estuvieran llenas de incertidumbre al equiparar el Sr. Zapatero a victimas y verdugos ¿qué necesidad tendrían de rezar y pedirle al Señor que puedan aceptar su sufrimiento y poderlo ofrecer por otras necesidades?
El Sr. Presidente del Gobierno de España afirma que la economía va más que bien. En cambio los que en nuestros bolsillos no lo sentimos de este modo y estamos llenos de incertidumbre, ¿cómo podríamos vivir con limitaciones si nos sobrará el dinero? Los cristianos sabemos que no podemos servir a Dios y al dinero. Es evidente que también viene en nuestra ayuda la incertidumbre económica.
En cuanto a la incertidumbre generada en el campo de la enseñanza. ¿Cómo los católicos haríamos oír nuestra voz si todo nos fuera dado?
Incertidumbre en la vivienda, incertidumbre en los medios de comunicación, incertidumbre en la equidad judicial, incertidumbre en las relaciones exteriores …
A veces pienso que nos quejamos de puro vicio, porque Don José Luis Rodríguez Zapatero, si no queremos vivir en la incertidumbre, también nos ofrece la sedación terminal.
¡Y encima protestamos! No tenemos remedio.