jueves, mayo 12, 2005

Más que un club…

Esto de los clubs tiene su miga. Yo ya sabía que el Barça es más que un club, (y dirán algunos vándalos amigos de la broma fácil, es un puticlub). Pero esa obsesión de los nacionalistas catalanes por los clubs empieza a ser preocupante. Todo hay que decirlo, lo tienen bien organizado, (se nota que son europeos), primero Carod Rovira y la cúpula de ETA montaron una casa de citas, y ahora, aprovechándose de la publicidad gratuita que se hace del club de “Perpiñan”, ya lo pueden montar a lo grande. Es decir, un club de negociación de estatutos y de constituciones para una nación de naciones asimétricas, libremente asociadas, independientes, y/o ligeramente confederales, que para que hablar señores, (o para cagarse patas abajo, como diría un amigo mío). Y ojo al dato, que este es un club muy exclusivo, cualquiera no puede entrar, y a la mínima te echan, eso que quede claro. Pero, a pesar de eso, me temo que Perpiñan volverá a la época dorada anterior del destape, va haber de nuevo cola para entrar en el club. Ya me imagino los corrillos de los diputados y de los ministros, alardeando de haber estado en el “club”.

Evidentemente, existen otros clubs, mucho menos exclusivos, eso sí. Está el club progresista, (el de la izquierda del estado español), cuyos socios son pasablemente buenos. Los socios de este club han sido invitados al club de Perpiñan, pero tienen que cumplir y hacer unas promesas muy rigurosas, y van a estar muy vigilados, no vaya a ser que no paguen la cuota del club. Luego, según los nacionalistas catalanes, está el club del franquismo sociológico. Es un club que también tiene otros nombres, como el club fascista, el club reaccionario, el club retrogrado, el club de los asesinos, el club del chapapote, etc. Sus socios son lo peor de lo peor, y en este club entra cualquiera. Es el club del oscurantismo y de la intolerancia, (por eso son totalmente intolerantes con ellos), y además de mentirosos son cobardes y unos pacatos en la materia constitucional por que por lo visto no tienen ningunas ganas de darse un garbeo por el club de Perpiñan. Después está el club de los “descarriados”, cuyos socios han sido perseguidos por el club del franquismo sociológico y de vez en cuando por el progresista. Sus componentes son unos pobres pistoleros descarriados y los que los apoyan, que han causado unas cuantas víctimas colaterales, (generalmente entre los socios del club del franquismo sociológico y del club progresista), pero cuyo fin es noble y bueno, es decir lograr la libertad e independencia de uno de los pueblos más oprimidos y más pobre de la tierra, que es el pueblo vasco. Los descarriados también pueden entrar en el club de Perpiñan, evidentemente por la puerta grande como los otros socios. Por último, esta el club fetén, el club nacionalista, la verdadera sal de la tierra, que es el club de los nacionalistas democráticos. Lo componen los partidos de las naciones oprimidas por el club del franquismo sociológico que no han producido víctimas colaterales directas, pero que tienen una larga historia de mártires democráticos.

Sin embargo el señor Puigcercós, tan amigo de los clubs y de las etiquetas, se olvida de las propias miserias de su club. Se olvida que ellos también tienen cadáveres que esconder, y que las naciones oprimidas resulta que han sido punteras y han tenido siempre mayor renta per cápita que la supuesta nación opresora, (cosa curiosa eso si), y que si ahora las naciones oprimidas están de capa caída quizás sea por los años de gobierno del club nacionalista fetén. Eso es lo que tiene la pertenencia a los clubs, que todo el mundo puede revisar y comparar su historial. Sus victorias y sus derrotas, los canteranos y los cracs que han pasado por el equipo principal, las humillaciones de sus hinchadas, y su comportamiento vandálico. En fin, que no nos engaña, y a los socios del franquismo sociológico saben que el club de Perpiñan, es más que un club, es un…