Y ahora. ¿Qué? (ii)

El votante “típico” de IU que votó al PSOE para echar a Aznar, (el llamado voto útil), tiene una visión sumamente estricta de la acción política de gobierno. Por eso la comisión del 11-M y sus conclusiones ya le parecen un poco secundarias. Nada nuevo bajo el sol. Nada que ya no intuyeran. No obstante, el PSOE tiene que mantener este voto para las próximas elecciones, (visto que la clase media parece estar más cercana ideológicamente a la derecha y resulta difícil de atraer a la izquierda cuando se vota), por lo que mantendrá toda una política de gestos y sobre todo de lemas de la izquierda más radical.

Recuerdo que Julio Anguita, durante todo el tiempo que estuvo dirigiendo IU recogía y mantuvo gran parte de este voto. Era el voto republicano de izquierdas clásico y el voto antisistema, pero a parte de hacerle la vida imposible a Felipe González, (la famosa pinza), y de costarle la salud, en pocos sitios alcanzó el poder. Quizás por eso, toda su obra se vino abajo en cuanto se fue. Principalmente por que IU por ambición se ha convertido en cada comunidad autónoma en el perrito faldero de los nacionalistas, (son la pata corta de los tripartitos), y además por que la única ideología que mantienen es su odio a todo lo que consideran como “derecha española”, en donde cabe prácticamente todo. Atrás quedó el impulso ético en condenar la corrupción política y policial de los gobiernos de Felipe González. Ahora, en la comisión del 11-M IU ha actuado de corifeo del PSOE, con la única intención de linchar al ex presidente y al anterior gobierno del PP. Tal actitud que no debería haber sido incompatible con la investigación de todos los agujeros del 11-M, conforme los sacaba a la luz pública “El Mundo”, ha conseguido que este partido haya perdido una magnífica oportunidad para llegar a su voto natural llevando la bandera de la ética y de la búsqueda de la verdad. La falta de una voz algo discordante dentro de los partidos de la izquierda y de los nacionalistas radicales acabará de hundir al proyecto de IU.

Mientras el PP mantendrá la presión apoyando las manifestaciones del archivo de Salamanca y de la familia “tradicional”, esperando desgastar al gobierno y alguna reacción negativa por su parte. Las elecciones de Galicia resolverán la idoneidad de ambas estrategias. Una de oposición a la oposición, y otra de desgaste. La solución a la vuelta de la esquina.