miércoles, julio 20, 2005

Las democracias y las guerras de IVª generación (ii)

Muchas cosas son las que han cambiado con el paso de los años y de los siglos. A diferencia de lo que ocurre hoy en día la mayoría de los atenienses del siglo V a. J.C. no dudaron en lanzarse a la lucha como un solo hombre cuando se produjo el desafío de los espartanos. No obstante, todo hay que decirlo, los atenienses desde el principio de la guerra del Peloponeso tuvieron una estrategia clara para vencer. Ellos pensaban con bastante buen juicio que la victoria y la destrucción de las flotas enemigas conduciría a la larga a una victoria terrestre sobre los ejércitos enemigos que les asediaban, tal como sus antepasados habían realizado con éxito frente a los potentes ejércitos persas.

En cambio, hoy, una parte de la población de occidente acepta como inevitable y justifica el terrorismo, (hay están los “mares de injusticia” que cita nuestro querido presidente), e incluso otros grupos y no precisamente del todo ni pequeños ni marginales congenian directamente con ellos, (véase la popularidad entre los partidos de izquierda de los terroristas y de la causa Palestina). No obstante, la gran mayoría de las personas son absolutamente neutrales, por que por una parte, y como es natural, rechazan todos los actos terroristas, pero por otra, aceptarían sin ningún tipo de problema de conciencia una gran parte de la agenda de los terroristas musulmanes. Primero y como es obvio la destrucción de Israel. Segundo la conversión de los países de mayoría musulmana en repúblicas islámicas, y por último, y en menor medida, (aunque esto poco a poco ya se está produciendo), la posición de “pseudo-privilegio” más o menos subrepticia de los ciudadanos musulmanes en todo Occidente, (educación sexista, aceptación de costumbres musulmanas, etc.), todo esto se produciría como primer paso para la conversión y/o sumisión generalizada de Europa.

La visión totalitaria desarrollada por el islamismo durante las décadas finales del siglo XX, nace y se reproduce a la vez que en Occidente, y sobre todo en Europa, está sufriendo una profunda crisis en muchos de los aspectos de su vida cultural, social, y económica. Igual que tras la primera guerra mundial se formaron y llegaron al poder dos de los movimientos totalitarios más sanguinarios para la humanidad, (el comunismo y el fascismo), en un momento en el que las viejas democracias europeas junto a las ideas liberales quedaban en entredicho, Europa, tras la guerra fría, está sufriendo un proceso similar.